La cigüeña Nidia ayuda a Basajaun en las tareas del bosque. Por las mañanas le acompaña a despertar a los animales. Ella va con su "flauta" ¡y cómo desafina! Basajaun está encantado porque los animales ahora se levantan antes con este “ruido”. El lirón Aldo también se pone a tocar la txalaparta con Basajaun. ¡A ver quién se queda en la cama con semejante jaleo!
Poco a poco van pasando los meses en el bosque. La cigüeña se lleva muy bien con todos los habitantes del bosque. ¡Son tan simpáticos! Algunos hablan más, otros menos, y los hay que no callan ni debajo del agua, como la ranita. La cigüeña llegó en otoño y ya es primavera. Por eso, todas las especies de pájaros no paran de cantar en todo el día.
Por las tardes, el mirlo Bazil enseña a cantar a la cigüeña y al lirón. La verdad es que el mirlo tiene muy buena voz. En cambio, Nidia y Aldo... ¡Cómo desafinan! Un día, en medio de estas clases musicales, comienzan a pasar bandadas y bandadas de cigüeñas. La pequeña no se da cuenta. Basajaun le avisa. La cigüeña se pone muy contenta y comienza a buscar a su familia. Pero... ¡son tan parecidas todas las cigüeñas!
De repente, aparecen caminando entre los árboles papá Cigüeña, mamá Cigüeña y dos hermanas Cigüeña. La pequeña Nidia está sorprendida: ¿cómo la han encontrado? Y papá Cigüeña se lo explica: “Nos llamó la atención algo rosa en el bosque, miramos bien y eras tú”. Y la cigüeña Nidia le responde: “¿A qué es bonito mi jersey papá?”. El padre le dice que si y que tiene que dar mucho calor en invierno. ¡Ay papá Cigüeña, no sabes lo que te espera porque mamá Mirlo te ha oído!
Mamá Mirlo le ha regalado a papá Cigüeña un jersey rosa. ¡Qué atenta es! Nidia mientras, explica a sus hermanas que se cayó al bosque tras asustarse con un fuerte ruido. "Era yo con la txalaparta", dice Basajaun sonriendo. Llega la hora de las despedidas. La pequeña cigüeña les promete que vendrá a hacerles una visita. La familia al completo otra vez echa a volar y Basajaun mira al pequeño mirlo. "¡Qué tranquilo está, parece que ha dejado atrás sus travesuras!", piensa.(2) La Txalaparta es un instrumento de percusión tradicional vasco. Es posible que la txalaparta constituya el único vestigio entre la cristiandad occidental de un ritual de llamada a la liturgia anterior al Cisma de Oriente.
La Txalaparta clásica se compone generalmente de dos soportes (cestos, sillas, banquetas, etc.), sobre estos algún material aislante (hoja de maíz, sacos viejos enrollados, hierba seca, etc.) y sobre esto un tablón que es golpeado con cuatro palos (dos cada Txalapartari). Las maderas más utilizadas para el tablón han sido el aliso, fresno, castaño u otras del país.
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